domingo, 5 de febrero de 2017

"Réquiem". Un poema de Anna Ajmátova.

No, no estaba bajo un ajeno firmamento,
ni bajo el amparo de unas ajenas alas,
estaba entonces con mi pueblo,
allí donde mi pueblo, por desgracia, estaba.

[1961]
EN LUGAR DE UN PRÓLOGO
En los terribles años de Yezhov hice fila durante diecisiete meses delante de las cárceles de Leningrado. Una vez alguien me "reconoció". Entonces una mujer que estaba detrás de mí, con el frío azul en sus labios y que, evidentemente, nunca había oído mi nombre, despertó del desasosiego habitual en todas nosotras y me preguntó al oído (allí todas hablábamos entre susurros):
-¿Y usted puede describir esto?
Y yo dije:
-Puedo.
Entonces algo similar a una sonrisa se asomó en lo que una vez había sido su rostro.

[1 de Abril, 1957. Leningrado]

DEDICATORIA

Las montañas se postran ante tanta desgracia
y el impetuoso río ya no fluye.
Pero fuertes son los cerrojos de la prisión,
y tras ellos sólo están las mazmorras de los presos
y una mortal nostalgia.
Para quién sopla la brisa ligera,
para quién es una caricia el ocaso –
Nosotras no sabemos, somos las mismas por doquier,
sólo oímos el odioso repique de las llaves
y el pesado paso del soldado.

Nos levantábamos para la misa del alba
y caminábamos por la ciudad salvaje,
y allí nos encontrábamos, unas y otras, sin aliento,
con el sol cayendo y el Neva más nublado,
mas la esperanza siempre cantando a lo lejos.
La sentencia… y las lágrimas brotan súbitamente,
ella se aparta de todas,
como si de su corazón le arrancaran dolorosamente la vida,
como si brutalmente la abatieran por la espalda,
pero anda… se tambalea… desolada…
¿Dónde están ahora aquellas amigas impensadas
de mis dos años furiosos?
¿Qué auscultarán en la tormenta de nieve siberiana,
qué imaginarán en el círculo lunar?
A ellas envío mi saludo y mi despedida.

[Marzo, 1940]


Fuente: letrascontraletras.blogspot.com.es/


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