domingo, 10 de abril de 2016

El anillo encantado. Un cuento de Mª Teresa Andruetto.

Ifigenia tenía el cabello rubio como el trigo y unos ojos más azules que el lago de Constanza.

Caminaba descalza a la orilla del agua.
Era pálida y leve.
Parecía hecha de aire.
El emperador Carlomagno la vio y se enamoró de ella.

Él era ya un hombre viejo y ella, apenas una muchacha. Pero el Emperador se enamoró perdidamente y olvidó pronto sus deberes de soberano.

Los nobles de la corte estaban muy preocupados porque nada interesaba ya a Carlomagno.

Ni dinero.
Ni caza.
Ni guerra.
Ni batallas.
Sólo la muchacha. CONTINUAR LEYENDO

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